Os traemos hoy la moraleja de un cuento de los de siempre, de los que mi padre me leía antes de dormir, de los cuentos que tienen alma en los que la moraleja pesa como una fabada, una preciosa historia de Navidad.
¿Te atreves? Sigue leyendo.
¿De qué va?
Scrooge era mayor nada le gustaba, y la navidad... menos.
Hasta a la gente que le iba a visitar o a felicitar las Navidades les trataba de malas formas, sólo le preocupaba el dinero y el mantenimiento de su frío y vacío palacio.
Un fantasma se le presentó y le dijo que le visitarían 3 espíritus, el de las navidades pasadas, presentes y futuras.
El de las pasadas le recordó lo que era ser feliz, el presente cómo era posible serlo sin dinero, como todos los que le rodeaban y por último, el futuro le mostró su muerte en soledad.
Entonces se dio cuenta de que todo había sido un sueño y que ese día era Navidad, que podía cambiarlo todo y que aún estaba a tiempo.
Así que desde entonces fue un hombre totalmente distinto, amable y solidario, al que todos querían... y fue el hombre más feliz del mundo.
¿Pero qué podemos enseñar a nuestros hijos de todo esto?
Que nuestros actos tienen consecuencias.
Que nuestro futuro no está escrito.
Que lo que hacen, importa.
Que depende de sus actos, lo que quieran ser.
Que depende de cómo quieran vivir sus vidas.
Que tienen el mundo a sus pies.
QUE LA BRISA OS ACOMPAÑE
Piratilla Azul
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